Lo que construye mundo son procesos, tanto en lo personal como en lo político. Me parece que iniciar un proceso, darle consistencia, cuidarlo, es lo que nos puede desangustiar del hecho de no estar sostenidos sobre nada. Lo que nos falta es cómo iniciar esos procesos contra el tiempo de la urgencia, el proceso que abre un futuro. El futuro se abre si hay un proceso que abre el futuro, el futuro se abre desde el presente. Es un presente en el que de repente anida otra cosa que nos abre la idea de que un futuro puede ser diferente. (Texto de Amador Fernández-Savater).
Resulta necesario, pensar en estos procesos. Si necesitamos más detonantes. Recuerda a una anécdota que detona una investigación de Mireia C. Saladrigues titulada Radicalmente Emancipados. Cuenta que en tiempos donde estaba expuesta la serie de piezas que conforman “Rwanda Project” de Alfredo Jaar, un monumental trabajo realizado desde 1994 que enuncia los desastres causados por la violencia inhumana en el genocidio de Ruanda. En este tiempo, el artista fue a dar una charla a la facultad de Bellas Artes y un chico del público, confesó que se llevó una de un millón de las diapositivas de una de las piezas. Un millón de diapositivas ya no eran un millón. Este acto activa un seguido de reflexiones. Define una situación muy visceral pero también muy intelectual. Al robar un fragmento, ¿a quién estas perjudicando? ¿A quién te subordinas?
Si en una tienda hay muchas cámaras, pero encuentras un pequeño rincón donde no las hay y robas, ¿estas robando porque no te ven o por robar?

Mireia c. Saladrigues, Radicalmente emancipados: http://www.mireiasaladrigues.com/w/radicalment-emancipats/audiencies-radicalment

DESAPARICIÓN DE LOS CUERPOS